Anteriormente hablaba en mi blog de "cómo establecer el hábito de madrugar", a continuación pasaré a describir algunos factores que influyen a la hora de conciliar el sueño y que son importantes si tu problema es que tienes dificultades para dormir o insomnio. Seguramente al controlar estas variables podrás mejorar tu calidad de sueño pero si los problemas continúan persistiendo creo que deberías acudir a un especialista como un psicólogo o neurólogo. Puede darse el caso que una depresión, el estrés, la ansiedad o un desajuste en el nivel de neurotransmisores del sistema nervioso estén alterando la inducción del sueño.
- Suprimir la siesta: si tienes
dificultades de lograr llegar cansado a la cama lo correcto sería
suprimir la siesta, no importa que duermas poco o mucho. Lo que
resulta adecuado es dormir las 7 u 8 horas necesarias del tirón sin
interrupciones para tener la suficiente energía el resto del día y
llegar a la noche a la cama cansado y con sueño. Cuando empieces a
remplazar tus hábitos mal acostumbrados por uno más correcto y
saludable empezarás a notarte más enérgico y a la noche tendrás
el sueño necesario para prepararte para una óptima sesión de
descanso.
- Hacer ejercicio físico: es fundamental
hacer ejercicio en la vida por una gran cantidad de beneficios que
nos aporta y un motivo frecuente por lo que muchas personas no
consiguen inducir el sueño es que no están cansados a la noche
porque no han quemado las energías necesarias. Estar sentado durante
todo el día ya sea en casa, estudiando o en tu trabajo si no es un
trabajo activo puede resultar que no se agote el cuerpo. No pido que
corras maratones todos los días para llegar al sueño sino que
empieces a activarte físicamente, trotar a un ritmo moderado cada
día 30 minutos, hacer una rutina de mantenimiento o de fuerza en el
gimnasio, natación, hay un sin fin de oportunidades y variedades.
-
Adecuar el ambiente: ¿acabas durmiéndote en el salón con la
lámpara encendida y la tele puesta? Grave error... Dormir en un
ambiente poco recomendable fomenta la interrupción continua del patrón del
sueño y por consecuencia tener un sueño de menor calidad generando para el día siguiente menor energía y mayor cansancio. Un ambiente ideal sería
una habitación destinada únicamente para dormir, silenciosa, con
bastante oscuridad y una temperatura óptima (intenta no sofocarte
por el calor en verano utilizando un ventilador o dejando la ventana
abierta y en invierno no temblar del frío).
- Abandonar
malos hábitos que alteran el ritmo biológico: antes que nada
cabe decir que el ritmo biológico son
los procesos que se repiten cada 24 horas, son ritmos ligados a la
rotación de la Tierra,
y a las consecuencias que lleva consigo sobre la variación de la
luz, temperatura, etc. Son fundamentalmente metabólicos; producen
una alternancia en la actividad funcional o en alguna función
particular como el sistema endocrino u hormonal. ¿Y cuáles son esos
hábitos? Pues las drogas en general (tabaco, alcohol, marihuana...)
incluso los somníferos puesto que pueden servir al principio para
inducir el sueño pero tarde o temprano terminará por convertirse en
una adicción y solo te mantendrá tranquilo la calma al consumir la
sustancia que aliviara el síndrome de abstinencia. En conclusión,
tanto las drogas como los fármacos estimulan el Sistema Nevioso
Central y las funciones cerebrales por lo que seguramente alteren tu
sueño. Por otro lado deberás seguir una dieta equilibrada y rica en
nutrientes porque puede darse el caso de que no logres dormirte por
tener hambre y tu cuerpo te este retroalimentando y estimulando para
que te levantes de la cama y le aportes nutrientes.
-
Tomar un vaso de leche antes de acostarse:
la
leche es buena antes de ir a la cama porque contiene un aminoácido
que ayuda al cerebro a segregar melatonina, que es la sustancia que
se produce de noche y provoca el sueño.
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